Foto. Freepik

La Confederación Patronal de la República Mexicana (COPARMEX), reconoce como un avance significativo la presentación inicial del gobierno federal sobre las leyes secundarias del sector energético, en materia de electricidad e hidrocarburos, derivadas de la reforma constitucional de Empresas Estratégicas.
Sin embargo, “consideramos que es fundamental que este nuevo marco regulatorio brinde certeza jurídica, además de establecer reglas claras y mecanismos para la participación del sector privado. Solo así se podrá fomentar la competencia, permitir inversiones mixtas con la
Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (PEMEX) y asegurar una transición energética ordenada y sustentable”.

- Publicidad -

La COPARMEX establece que es importante el aumento de la capacidad de generación distribuida a 0.7 MW, lo que representa un paso significativo hacia la democratización del sector eléctrico. Esta medida permitirá a más empresas invertir en energías limpias y reducir costos energéticos, fortaleciendo la competitividad de la industria mexicana en el ámbito global.
El nuevo esquema de autoconsumo con proyectos de hasta 20 MW genera una oportunidad para que las empresas optimicen su consumo energético de manera sustentable. Para que esta regulación sea efectiva, es indispensable garantizar reglas claras, procesos
administrativos eficientes y seguridad jurídica que impulsen la adopción de estas tecnologías.

COPARMEX afirma que resulta prioritario que PEMEX fortalezca su cooperación con el sector privado para incrementar la producción petrolera; no obstante, es fundamental que cumpla con las obligaciones financieras con sus proveedores, especialmente con las pequeñas y medianas empresas. México debe consolidar un modelo energético sostenible y, para ello, es crucial solventar sus problemas financieros y que las iniciativas para fortalecerlo sean acordes a un modelo económico de libre competencia.

Por último, el organismo empresarial agrega que la creación de la Comisión Nacional de Energía es una oportunidad para mejorar la regulación del sector. Para que esta institución cumpla su función, es imprescindible que opere con independencia técnica y libre de presiones políticas, garantizando decisiones basadas en criterios de eficiencia y sustentabilidad. Solo con un regulador autónomo se podrá consolidar un mercado energético competitivo y transparente.