CENSO 2020 REFLEJA UN MÉXICO COMPLEJO Y EN ENVEJECIMIENTO.

El Censo de Población y Vivienda permite conocer el volumen y estructura de la población, así como las características de los hogares. Se trata también de una oportunidad única para traer a primer plano a las regiones más alejadas en un sentido geográfico y epistémico, afirmó la Ibero Puebla.

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Pensar en datos implica trascender las cifras; cada número representa a una persona, un hogar y una familia que forma parte de la inmensa policromía que constituye a la República Mexicana. El propósito de los censos es obtener una radiografía de las tendencias y cambios demográficos, económicos y sociales.

Durante un foro organizado por la IBERO Puebla, el Mtro. Jorge Valdovinos Espinosa, director de la región Centro Sur del INEGI afirmó que el ejercicio del año pasado se antepuso a la titánica adversidad que supone peregrinar, casa por casa, con una epidemia en la mochila.

En cuanto a los resultados del Censo en Puebla el Mtro. Mario Gómez Soberón, coordinador en Puebla del INEGI, expuso al auditorio de la Universidad los resultados del ejercicio en la entidad, donde los representantes del organismo recorrieron más de 34,000 kilómetros cuadrados y visitaron tres millones de viviendas.

Puebla tiene 6 millones 583 mil 276 habitantes, lo que la convierte en la quinta entidad más poblada del país. La relación porcentual entre mujeres y hombres es de 52-48; en la capital, es de 48-52 a favor de los varones. La edad mediana pasó de 21 años en el 2000 a 28 años en 2020.

El experto destacó que la concentración de población se ha modificado en la zona centro del estado debido, entre otros factores, a las plantas automovilísticas. Esto explica que el 46% de la población se concentre en los diez municipios más poblados. Por otro lado, uno de cada diez poblanos es hablante de una lengua indígena, mientras que 113,945 personas se autorreconocen como afrodescendientes.

Sobre la tasa de participación económica de la población, destacó que, al igual que a nivel nacional, la presencia femenina ha crecido un 17.8% en los últimos diez años, lo que significa que el 48.2% de las mujeres mayores de 12 años tienen algún tipo de ocupación remunerada. No obstante, casi la mitad de las personas no económicamente activas se dedican a los quehaceres del hogar, ocupación estructuralmente adjudicada a las mujeres.

Para el Dr Miguel Calderón Chelius, Coordinador del Observatorio de Salarios de la IBERO Puebla, el censo es una medida remedial a la mala información institucional del país. Un reflejo de ello es la discrepancia entre la Secretaría de Salud y el propio INEGI con respecto a las muertes por coronavirus.

Cuestionó la disminución en la tasa de crecimiento con respecto a la migración. La población mexicana migrante no siempre consagra su vida en otros lugares, lo que puede generar un efecto búmeran en el crecimiento poblacional con múltiples implicaciones económicas y sociales.

La COVID podría tener impactos en la esperanza de vida y las condiciones de envejecimiento. Sobre esto último, añadió que la natalidad se haya desacelerado: los niños siguen siendo la base, pero menos que hace una década.

El envejecimiento tendrá impactos en el diseño urbano y las estrategias integrales de salud, mismas que tendrán que comenzar a virar hacia el cuidado de la tercera edad por encima de la maternidad”, sentenció el especialista de la Iberoamericana Puebla.