“El político piensa en la próxima elección;

el estadista, en la próxima generación “.

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Otto Von Bismarck

Político alemán

A los políticos, se afirma, lo que les interesa es el poder y/o el dinero. También se dice que la política se ha polarizado y trivializado. Uno de los efectos de estos dos fenómenos, aseguran otros, es la abstención electoral. Otros creen que una de las manifestaciones de este bodrio es el abuso del poder y la encarnación más amplia de la injusticia.

En todo caso lo que urge es construir una democracia posible, por supuesto, acatando la ley y paralelamente con base en una moral y ética políticas que obliga a los ciudadanos, a los árbitros, al Estado y a los partidos y candidatos.

Sólo por el camino de la legalidad y la legitimidad se puede acercar, más pronto, la justicia y la dignidad de personas y de grupos.

Así las cosas, la elección de quince gubernaturas, trescientos diputados federales de mayoría relativa, de los cuales quince pertenecen al Estado de Puebla, diputados locales y ayuntamientos, se habrá de efectuar el domingo 6 de junio, tal como lo establece la ley.

Esos comicios no se llevarían a cabo si se diera un hecho superviniente, como el que acabamos de vivir o de una magnitud mayor que impidiera a los ciudadanos acudir a las urnas a depositar su voto.

Como quiera que sea, la elección se dará, con muchos o pocos electores, de una u otra manera será legal y legítima. El problema de la abstención electoral, por supuesto que hay que abordarlo y buscarle soluciones que no se darán fácilmente.

Lo que ahora debe ocuparnos, por una parte, es cómo van a obtener las victorias para lograr el mandato que faculte a los que serán diputados a mejorar por una vía la estructura legal, en bien de los ciudadanos y por otra, la asignación de impuestos y recursos para el gasto público y enfrentar las demandas sociales.

Este es el meollo del asunto: ¿a quiénes elegimos para que emitan leyes a favor de los ciudadanos? y no sólo de los intereses de los partidos o de las grandes empresas en detrimento de la gran mayoría.

Elegir a los idóneos, por supuesto que tiene que ver con la ideología, con la plataforma electoral, con los grupos dominantes al interior de los partidos, con las relaciones de estos con los otros grupos que conforman la sociedad, con la personalidad de los candidatos y específicamente con su preparación, con su convicción y con sus compromisos con su partido, con los electores, etc.

En fin, como lo he afirmado en otras ocasiones, para obtener el cargo influyen factores endógenos, exógenos, y supervinientes, como la influenza, como el atropellamiento de un candidato a un ciudadano, o de otro que presuntamente impide los preparativos de la fiesta del santo patrón del pueblo.

Todo esto me lleva a uno de esos factores que es el tener una radiografía del mercado electoral, esto es, conocer a los electores, hombres y mujeres, sus edades, su ocupación, su ingreso, su estatus familiar, su modo de pensar, sus costumbres y tradiciones, su religión, etc.

Ahora, por la competencia electoral, hay que advertir que no basta una radiografía, pues es indispensable una tomografía del electorado que se construye partiendo de datos elementales, importantes por ser estructurales, a saber:

La lista nominal del Estado de Puebla es de 4 659 990, que conforman el cien por ciento del mercado electoral.

La lista nominal de los cuatro distritos con cabecera en la capital del estado es de 1 314 680 electores que representa el 35%.

La lista nominal de los cuatro distritos es bastante similar, el sexto distrito, que comprende el nororiente de la ciudad tiene 315 484 electores; el noveno, que abarca el norponiente de la Angelópolis cuenta con 335 546; el once, que tiene su territorio en la parte sur poniente de la capital cuenta con 328 816; y el distrito doce que comprende el suroriente de la ciudad tiene 334 834 ciudadanos con credencial para votar.

Veamos: los candidatos por el municipio de Puebla podrían considerar viable ofrecer la asignación del presupuesto federal, para invertirlos en banquetas, guarniciones, pavimentación y centros deportivos del distrito que pretenden

representar. Así, con esa inversión, los habitantes de la periferia de la ciudad no tendrán que esperar diez, veinte o treinta años para que se les dote de esa infraestructura urbana.

También los candidatos podrían ofrecer a sus probables electores lograr del presupuesto federal la asignación de recursos para invertirlos en un programa del centro histórico de la ciudad, que por supuesto, no sólo abarcará el remozamiento de las fachadas y las calles, sino la rehabilitación de una a una de las casas o edificios que lo integran.

Estas inversiones crearían empleos, incrementarían los ingresos, aumentarían la demanda, mejorarían la calidad de vida, etc.

Todos los electores son importantes, sin embargo, por los datos se advierte cuál es el mayor mercado electoral.

La oferta ciertamente, tiene que diversificarse. Así, cada partido definirá su estrategia.

Hay otros factores que son personales, no innatos, que los candidatos poseen, que también son determinantes para el triunfo: humildad, paciencia, disciplina, capacidad de escucha, facilidad de comunicación, actitud de conciliación y reconciliación, conocimiento del campo de trabajo, información de los actores y del entorno.

La victoria tiene nombre: eficiencia y eficacia en la lucha.

La elección la ganarán los más preparados, los mejor calificados; obtendrán el triunfo los que menos errores cometan.

Estos comicios de 2021, están amenazados por nubarrones y por una pandemia que no se habrá ido y menos el dolor y la orfandad de miles.

Egresado de la U.A.P. Titulación con Mención Honorifica. Dos veces Diputado Local. Dos veces Diputado Federal. Sub-secretario de Gobernación. Sub-secretario de Educación Pública, Delegado Federal de la S.E.P. en Puebla, catedrático en diversas Instituciones Educativas de Educación Superior. Autor de 11 libros. Colaborador en diversos medios impresos.