Hoy en pleno siglo 21 donde se supone que hay la tecnología más avanzada para poder comunicarnos los unos a los otros y hacer que nuestra estancia en este mundo sea cada vez más placentera y fácil, en mi opinión, no veo que esté sucediendo. Hoy hay mucho caos en todo el planeta que hace que el ser humano se esté hiriendo a sí mismo y a los que están a su alrededor.
Vivimos en un mundo donde toda acción tiene una reacción y observo con mucha tristeza que la acción de la generación de padres de familia, que por necesidad o conveniencia deja a sus hijos desde muy pequeños conectados la mayor parte del día a una televisión, celular o Tablet, la reacción de éstos, sea expresar sus emociones de una manera tal, que se ve reflejado en la ausencia de tolerancia a la frustración, falta de paciencia, cero resiliencia, y una enorme carencia de confianza en sí mismos, escasez de humanidad. No hay quien les enseñe que en este mundo existen límites que no debemos pasar para poder guardar un equilibrio que nos permita convivir en armonía los unos con los otros y con la naturaleza.
Es momento de cambiar nuestras acciones para obtener reacciones diferentes en nuestro entorno, escuchemos a nuestros hijos, fomentemos la convivencia familiar, retomemos aquellos juegos de mesa que indirectamente nos ayudaban a aprender a manejar la frustración, digámosles un “No, porque te amo” sin temor, retomar los valores que fueron inculcados en el pasado y nos permitieron ser mejores seres humanos. Enseñémosles que la felicidad es posible construyéndola día a día con amor a nosotros mismos, a nuestro prójimo y al planeta.
O tu que opinas?