La pandemia de Covid-19 ha exacerbado desafíos como la desigualdad, el desempleo y ha puesto en peligro los derechos humanos de los más vulnerables en todos los países del orbe y que algunos hemos entendido que la pandemia no es una crisis temporal, sino de una disrupción que modifica los patrones de conducta del ser humano, como ejemplo, están cambiando los patrones de comercio, de de las relaciones interpersonales, asi como los patrones de migración.
En este último grupo se centra mi reflexión, porque considero que son unos de los olvidados por el sistema internacional (los migrantes o solicitantes de protección internacional) A pesar de que los gobiernos han sido exhortados por diversos organismos internacionales, para que adopten un enfoque que garantice la inclusión de las personas migrantes en las acciones de planificación, respuesta y mensajes de salud pública frente a la pandemia COVID-19.
Muchos países, entre ellos México, no han respetado los estándares reforzados propuestos por la OMS y otros organismos internacionales, los migrantes que son retenidos en estaciones migratorias y estancias provisionales en muchos países se encuentran en una situación muy vulnerable dada la omisión de protocolos para evitar contagios. Es claro que el riesgo de contagio en los lugares de detención migratoria se magnifica por las condiciones de inhabitabilidad, ascinamiento, poca higiene, y escasa o nula atención médica.
De hecho, en marzo se cumplió un año de que Rolando Barrientos perdiera la vida en una de las múltiples protestas, motines e incendios por la carencia de condiciones para previenir el contagio de COVID-19; hay que recordar que Rolando se encontraba en el centro de detención de Tenosique Tabasco y al desatarse un incendio provocado por los mismos internos, se intoxicó por inalación humo y no recibió de las autoridades policiales y militares la atención médica oportuna, lo que ocacionó su deceso. Y no fue, sino hasta siete meses después de los hechos, que la Comisión Nacional de Derechos Humanos CNDH emitió una recomendación en la que señaló a siete funcionarios del Instituto Nacional de Migración, por la “vulneración del derecho a la vida” por su inacción en este caso. Por su parte, hemos de recordar que la Fiscalía General del Estado de Tabasco imputó a los hondureños que causaron el incendio en el que Barrientos perdiera la vida. Sin embargo, la principal responsable de su muerte fue la institución, ya que el alto contexto de ascinamiento, temor al contagio y falta de información al interior del centro de detención fueron detonantes para esos motines. Meses mas tarde esa estación se cerró.
El fenómeno migratorio en México, alcanza la peor etapa, hoy vemos migrantes siendo tratados inhumanamente como “paquetes” por los polleros, como lo es el caso de las dos menores ecuatorianas que fueron brutalmente arrojadas en el muro desde el lado mexicano sin ningún miramiento por los contrabandistas de personas y dejadas a su suerte, con sólo 3 y 5 añitos esas pequeñas ya sufrieron en carne propia el terror de ser parte de este fenomeno que va en aumento; sin embargo, muchos más no corren la misma suerte que estas pequeñas y dejan su vida en el intento ya sea por accidentes, maltrato de los contrabanistas o siendo sometidos hasta la muerte por quienes deberían protegerlos.
A diferencia del pasado (cuando la mayoría de los migrantes eran adultos y viajaban solos) los patrones se han modificado de tal manera que ahora vemos familias enteras, e incluso niños pequeños sin acompañantes, además que los flujos hacia el vecino país han aumentando exponecialmente en dos décadas, más de 172 mil indocumentados que fueron interceptados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EUA (CBP por sus siglas en inglés), los tratos son malos en nuestra frontera norte pero no debemos olvidar que no son mejores en nuestra frontera sur,
Debemos ser congruentes y enfáticos pidiendo a nuestas autoridades respetar los derechos de quienes traspasan nuestras fronteras de la misma forma en que pedimos trato respetuoso y digno de nuestros connacionales en el vecino pais del norte. Principalmente pidiendo sean atendidas las necesidades de las personas migrantes, protegiendo y garantizando sus DDHH principalmente de los que arrastran vulnerabilidad múltiple como son las mujeres embarazadas, la niñez y las personas con enfermedades preexistentes en el contexto COVID-19. Debemos además ser empáticos en el contexto de movilidad humana ante la pandemia de COVID-19 que enfrentamos ya que México y Estados Unidos de América comparten el principal corredor de migración de tránsito en el mundo y el segundo mas letal y con mas violaciones de Derechos Humanos, (como lo evidencian diversos informes del Sistema Interamericano y Universal de Protección de Derechos Humanos ) prestando una mano cuando nos topemos con migrantes en su andar hacia la frontera. ¿Cómo?, con pequeñas acciones, por ejemplo: llevando contigo una bolsita con enceres de cuidado personal como jabón, cepillo y pasta dental, gel antibacterial o toallitas desinfectantes y tal vez un par de cubrebocas. Cuando veamos a un migrante, donarle esa bolsita para su aseo, ello contribuirá de forma muy personal a que ese migrante mantenga las medidas sanitarias básicas ante la pandemia. Eso mismo puedes hacer con personas en situación de calle