Todos los mexicanos tenemos un compromiso ineludible de realizar pequeñas acciones cotidianas para permitir la visibilización de los pueblos indígenas. Ya que ellos son la cuna misma de nuestra historia y valor Nacional.
Los pueblos Originarios y Comunidades Indígenas, son un mosaico multicolor de danza, música, fiestas, folclor, tradiciones, creencias, costumbres, lenguas y saberes de riqueza ancestral que constituyen el patrimonio inmaterial de la humanidad. Pese a esto, los pueblos indígenas enfrentan grandes retos relacionados con injusticias históricas generalizadas, actos de opresión, y políticas erradas de los gobiernos; además de las concebidas desventajas y obstáculos que enfrentan cotidianamente el ejercicio de sus derechos individuales y colectivos.
Adicionalmente a ello, la discriminación, exclusión e incomprensión sistemáticas y persistentes de ciudadanos y gobiernos que hacen que los más vulnerables tengan todavía menos posibilidades de enfrentar la pobreza y la desigualdad, amenazando su modo de vida, su cultura y su identidad.
Y es que nadie puede amar lo que no conoce, para poder entenderlo tenemos que vivirlo con respeto y con admiración de niños descubriendo por primer vez algo nuevo.
Como asesora Nacional del Consejo de pueblos originarios y comunidades indígenas, he tenido la oportunidad de ver de primera mano toda aquella riqueza cultural que escapaba a mi entendimiento, he podido palpar de la bondad y alegría de los descendientes de los pueblos que dieron vida a nuestra nación. He conocido del folclor, la música y los ritos, incluso de los representantes de los pueblos afromexicanos. Coincidió que mi nombramiento como asesora se hizo en el hermoso marco del hermanamiento entre los pueblos originarios y los afrodescendientes. Y esto me comprometió aún más para respetar y resguardar esta gran cosmogonía que tocó de golpe en mi.
Pero he podido también ver las carencias, las injusticias y la inequidad con la que se trata a los pueblos originarios, he sido testigo de comentarios malinchistas con los que muchos mexicanos se expresan en torno a sus ritos y tradiciones; olvidando que es historia viva de lo que somos como mexicanos. Sin embargo, estos comentarios malintencionados solo expresan la ignorancia de quien los profiere.
No podemos permitirnos ignorarlos, ellos han estado aquí siempre, luchando palmo a palmo por preservar su identidad, por transmitir la sabiduría de sus ancestros a nuevas generaciones; debemos dar visibilidad y seguir promoviendo el orgullo de ser indígena, y sus derechos humanos; debemos de aprender a convivir en armonía entre mexicanos.
No perdamos la oportunidad de preservar y exponer al mundo el acervo de saberes tradicionales de nuestros pueblos y con ello nuestra identidad.
Y como Ciudadana Promotora de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible no podemos dejar a nadie atrás. La educación intercultural y multilingüe debe ser una realidad, las mujeres indígenas que representan el origen de México, deben ser respetadas y protegidas, debemos empoderar a cada mujer y niña indígena para que pieza clave en el futuro de México. D2ebemos hacer más para permitir que los pueblos indígenas florezcan y para que con ello, la humanidad entera se beneficie con la riqueza de conocimientos que atesoran esas culturas y que forman parte de la diversidad del mundo.