La razón es muy clara, los ingresos recurrentes han ido disminuyendo gravemente ya que en el 2019 se registraron pérdidas por 124 mil millones de pesos y por 401 mil millones de pesos para el 2020. De aquí partimos y podemos deducir que el gasto público especialmente el gasto corriente seguirá siendo vulnerable a los recortes en el 2021. tal cual sucedió en los dos años anteriores, el que vayan por debajo de lo esperado no es casualidad, también dependerá de cómo se llegará a reponer nuestra economía, nuestra producción y venta de petróleo.
El costo político ha sido un impedimento en la dinámica de implementar medidas para el aumento de los ingresos públicos y quien pagó los platos rotos fue el FEIP, pues obtuvo una reducción por 220.8 mil millones de pesos, quiero decir, que prácticamente en dos años se terminaron los ahorros que se estaban acumulando desde el 2014, de contar con un saldo de 279.8 mil mdp en diciembre de 2018 ya terminamos con sólo 59 mil mdp en septiembre del 2020.
La administración pública ve al FEID como su caja chica, observamos obscuros manejos en su utilidad, si algo fue seguro, es que NO destinaron a programas de desarrollo social o de crecimiento económico, como bien recordamos estos sufrieron numerosos recortes o la extinción en dado caso, como fue el programa prospera.
Les mencionaré tres razones claras por la cual tendremos problemas cuando se agoten los recursos del FEIP; Primero ya no habrá dinero disponible para salvar la caída estructural de ingresos económicos y mucho menos recursos para destinar a los programas del presidente; Segundo la Ley Federal de presupuesto y responsabilidad hacendaria, dice: “que ante el agotamiento de los recursos, será necesario compensar la falta de ingresos con las reservas de éste, y si no hubiera ni reservar, entonces tendría que haber recortes en el gasto de comunicación social, gastos administrativos, servicios personales” tal como lo establece el articulo 21 de la misma ley citada, todo esto conllevaría una afectación en cantidad y calidad de la misma administración pública; y Tercero se autorizarían el uso de los recursos de inversión en infraestructura, empleo y a los programas de impulso económico del gobierno federal, con la única finalidad de compensar la falta del recurso.
Entonces seria verdad que ¿Banxico podría salvar el barco de las finanzas públicas para este 2021? En el mes de abril se depositará sin dejar de mencionar que el último remanente que Banxico entregó a la hacienda pública fue en 2017, la modesta cantidad de 321.7 mil millones de pesos, pero déjenme decirles que sólo se deberán usar para fines específicos, según dicta la ley.
Les explico un poco más, para que me vayan entendiendo si Banxico traslada los recursos de su remanente de operación, no significa, afortunadamente que la 4T tendrá su caja chica otra vez, porque la LFPRH exige que el 70% de estos recursos debe utilizarse en la amortización de la deuda pública y sólo el 30% restante se podrá instrumentar para fortalecer el FEIP. Pero estos recursos tienen un candado adicional, que señala que su uso no puede ser inflacionario, por lo que pueden tener sólo esos dos destinos posibles.
Que Banxico financie el FEIP hoy por hoy toma mucha relevancia para los economistas mexicanos quienes la mayoría a sus puntos de vista coinciden en que no es trivial que un banco central deposite dinero a un Gobierno para financiar gasto público, ojo, mucho ojo.